Qué es – Síntomas – Tratamiento – Tratamiento quirúrgico

El ligamento cruzado anterior (LCA) proporciona estabilidad a la rodilla durante las rotaciones y traslaciones anteriores de la rodilla. También funciona como protector de los meniscos interno (5) y externo (6) (ver imagen)

En caso de traumatismo violento en la rodilla (esguince) con un movimiento brusco de pivote de la rodilla mientras el pie está fijado al suelo, el ligamento cruzado anterior puede romperse (ver imagen). La lesión del LCA es bastante común en niños y adolescentes jóvenes. Desafortunadamente, la mayoría de las veces se trata de una rotura completa, aunque en algunos casos puede haber una rotura parcial. Otros posibles mecanismos son el traumatismo directo de la rodilla, la hiperextensión de la rodilla o un aterrizaje deficiente en un salto de hiperflexión.

Los atletas jóvenes que practican deportes de contacto con pivotes, como fútbol, ​​balonmano, rugby y esquí, son los más afectados por la lesión del ligamento cruzado anterior.

Al ser el ligamento más fuerte que su unión a la tibia, los jóvenes menores de 12 años presentan en su mayoría fracturas óseas de la inserción del LCA en la tibia que generalmente requieren tratamiento quirúrgico artroscópico. A este tipo de fractura la llamamos fractura de la eminencia tibial anterior.

Cuáles son los síntomas

Durante el accidente se puede sentir un crujido, acompañado de dolor importante y derrame en la rodilla (sangrado en la articulación). Posteriormente, en caso de rotura del LCA, se puede sentir inestabilidad con aflojamiento de la rodilla, especialmente durante los cambios de dirección o durante las actividades de pivote. En casi la mitad de los casos, puede haber una lesión del menisco que genere dolor o bloqueo de la rodilla.

Tratamiento

Para saber si el ligamento está desgarrado, el examen clínico suele ser suficiente, pero será necesario realizar una resonancia magnética para evaluar la extensión de las lesiones.

Muy a menudo, se prescribe la inmovilización de la rodilla con una férula. El niño o adolescente también debe caminar con bastones dependiendo del dolor. Tan pronto como sea posible se inicia fisioterapia para recuperar la movilidad, la fuerza muscular y la estabilidad.

La reevaluación de la rodilla y de los síntomas al cabo de unas semanas por parte del cirujano pediátrico permite decidir el tipo de tratamiento a seguir. Puede seguir siendo conservador (continuar la rehabilitación con fisioterapia) o volverse quirúrgico (requiriendo una operación para reemplazar el ligamento lesionado y/o reparar los meniscos lesionados).

La elección del tratamiento para un niño o adolescente se realiza en función de diferentes criterios. Los síntomas (inestabilidad, falta de confianza, dolor, etc.), la presencia de lesión meniscal asociada, el grado de madurez ósea y el deseo de volver a la actividad deportiva son criterios a tener en cuenta a la hora de decidir un tratamiento adaptado. Son todos estos criterios y la experiencia de nuestro equipo especializado los que determinan la recomendación de tratamiento.

Cómo se realiza la cirugía

Sobre todo, no te preocupes, la operación se realiza, salvo excepciones, bajo anestesia general, lo que significa que el paciente duerme durante toda la operación y se despierta con una venda y una férula en la rodilla.

El objetivo de la operación es sustituir el LCA roto con un injerto de tendón, tomado del niño (autoinjerto), que generalmente proviene de uno de los tendones (tendón semitendinoso DT) de los músculos isquiotibiales. La intervención se realiza por vía artroscópica, es decir mediante una pequeña cámara.

El cirujano proporciona explicaciones más precisas sobre las diferentes etapas de la operación al paciente y a su familia durante una consulta específica antes de la operación.

Lesion del ligamento de la rodilla en ninos y adolescentes

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