El cuerpo humano contiene unas 360 articulaciones, de las cuales unas 100 son móviles. Básicamente, las articulaciones son piezas de conexión entre dos o más huesos rígidos o estructuras cartilaginosas que facilitan la movilidad del cuerpo humano.

¿Cómo son las articulaciones?

Las articulaciones consisten en una cabeza y una cavidad articulares que encajan como dos piezas de un rompecabezas. Estas dos superficies están cubiertas de cartílago. Además, existe una cavidad entre ellos que se rellena con líquido para juntas o grasa para evitar que las superficies rocen entre sí. La articulación está rodeada por una capa apretada de tejido conectivo, la cápsula, así como por músculos y tendones.

Se pueden encontrar amortiguadores adicionales, la bursa llena de líquido sinovial, en las articulaciones que están expuestas a cargas pesadas, como la rodilla o el codo. Estos amortiguadores se necesitan con urgencia porque la fuerza ejercida sobre una articulación puede ser varias veces el peso corporal dependiendo del movimiento. Para demostrar, en un salto hacia abajo, la fuerza sobre la articulación de la rodilla puede ser 24 veces el peso corporal. Claramente, estos amortiguadores son importantes. Sirven para aliviar tendones, músculos y huesos. Inhiben la presión que desencadena un movimiento porque esta fuerza debe ser interceptada una y otra vez. Sin embargo, cabe señalar que las diferentes formas de movimiento afectan a nuestras articulaciones de manera diferente. Al caminar, la fuerza que actúa sobre nuestras articulaciones es, por ejemplo, solo la mitad de nuestro peso corporal.

¿Qué tipos de Articulaciones y sentidos de movimiento existen?

La gente suele hablar de articulaciones reales y falsas. El término falso se refiere a una articulación que no es muy flexible. Es decir, aunque existen conexiones entre huesos o cartílagos, estos no tienen una cavidad o amortiguador, sino que están directamente conectados entre sí. Por lo tanto, al igual que nuestras costillas, que se mueven solo ligeramente hacia arriba y hacia abajo cuando respiramos, son menos móviles.

Cinco direcciones de movimiento diferentes

Además de clasificarse en reales o falsas, las articulaciones también se dividen en cinco tipos, cada uno de los cuales permite una combinación diferente de direcciones de movimiento: La rótula, que se encuentra en la conexión entre el fémur y la cadera, es la articulación más flexible de nuestro cuerpo. Permite movimientos en seis direcciones.

La articulación del huevo se puede encontrar en la muñeca. Su nombre hace referencia a su forma. Además de estirarse, doblarse y girar hacia los lados, también permite el movimiento de rotación.

Con la articulación de la silla de montar, el encaje de la articulación se encuentra como una silla de montar en el lomo de un caballo sobre la cabeza de la articulación. Las juntas de silla se pueden mover en cuatro direcciones. Un pulgar, por ejemplo, se puede rotar porque la articulación de la base permite la flexión, la extensión y el movimiento lateral.

Las articulaciones de bisagra se pueden encontrar en los codos. Como una bisagra en una puerta, puede moverse en solo dos direcciones; abierto o cerrado, estirado o doblado.

Por último, pero no menos importante, están las articulaciones de las ruedas; acertadamente llamado debido a cómo la cabeza de la junta y el casquillo están conectados entre sí como una rueda en un eje. Por esta razón, solo son posibles los movimientos de rotación, como el que se produce entre los huesos del antebrazo, el cúbito y el radio.

Caminar, correr y sentarse

No podríamos movernos sin nuestras articulaciones. La forma en que caminamos, nos paramos, nos sentamos, corremos, levantamos y mucho más está determinada por varias direcciones de movimiento sofisticadas y predefinidas en diferentes partes de nuestro cuerpo. La forma de nuestro esqueleto se adapta exactamente a la forma de las articulaciones y realizamos cada uno de nuestros movimientos inconscientemente en coordinación con este sistema.

MÁS INFORMACIÓN EN: www.trauamcentervalencia.com