Que son los tendones y los ligamentos
Para que sirven los tendones y los ligamentos
Los tendones y ligamentos de nuestras articulaciones sirven para sostener y mover el cuerpo. Junto con los huesos, los músculos y las articulaciones, forman parte del sistema musculoesquelético y de apoyo del ser humano. Aunque 'tendones' y 'ligamentos' se usan indistintamente en el lenguaje cotidiano, tienen funciones completamente diferentes dentro del cuerpo: mientras que los tendones conectan los huesos con los músculos, necesitamos ligamentos para asegurar y mover nuestras articulaciones.
¿Cómo funcionan los tendones?
Para que nuestro esqueleto técnicamente rígido pueda moverse, los tendones tienen que transferir la fuerza de los músculos a nuestros huesos. Para ello, se conectan con el músculo por un extremo y con el hueso por el otro. Se componen de fibra de colágeno muy estable y están rodeadas de tejido sinovial protector.
En algunos lugares, en nuestras muñecas, por ejemplo, los tendones están sujetos a niveles más altos de tensión, por lo que están protegidos adicionalmente por una vaina tendinosa. El líquido de la vaina del tendón actúa como un lubricante para reducir la alta fricción entre el tendón y el hueso. Durante un movimiento, el músculo inicialmente se contrae y transfiere esta carga al tendón. Al igual que las cuerdas de una marioneta, los tendones luego transfieren el movimiento al hueso y somos capaces de levantar nuestra pierna, por ejemplo.
El tendón más fuerte de nuestro cuerpo es el tendón de Aquiles, que puede soportar una carga de tracción de más de una tonelada. Si un tendón se tensa de forma unilateral o excesiva, puede provocar inflamaciones dolorosas.
¿Cómo funcionan los ligamentos?
Mientras que el trabajo de nuestros tendones es transferir energía, nuestros ligamentos ayudan a estabilizar las articulaciones y mover nuestros cuerpos. Es por eso que los ligamentos siempre representan una conexión entre dos huesos. También sirven para limitar el alcance de nuestros movimientos de las articulaciones a una medida práctica. Consisten en hilos de tejido conectivo y no son muy elásticos, por lo que los ligamentos pueden estirarse demasiado fácilmente o incluso desgarrarse por completo.
Nuestra articulación del tobillo, por ejemplo, está estabilizada por ligamentos tanto en el interior como en el exterior. Sin embargo, al hacer ejercicio o simplemente tropezar con el bordillo, el pie puede torcerse. Los ligamentos de nuestro tobillo pueden dañarse si el pie se tuerce repentinamente (hacia adentro, en la mayoría de los casos) y el ligamento no puede soportar la fuerza resultante. Esto a menudo resulta en un ligamento distendido o incluso desgarrado.
Cómo trabajan juntos los músculos, los tendones y los ligamentos
Por lo tanto, nuestros músculos no pueden mover nuestro esqueleto rígido por sí mismos, sino que requieren tendones y ligamentos para hacerlo. De esta forma, la energía que producen nuestros músculos puede convertirse en movimientos controlados y hacernos avanzar en nuestra vida diaria. Solo cuando nuestros músculos, articulaciones, huesos, tendones y ligamentos trabajan juntos, podemos caminar erguidos, sentarnos o pararnos.
Fortalecimiento de tendones y ligamentos
Para fortalecer nuestros tendones y ligamentos, ayuda el fortalecer los músculos circundantes. La razón de esto es que nuestros cuerpos reaccionan a la alta tensión adaptándose a ella. En primer lugar, se repara el daño causado por un estímulo de entrenamiento: los músculos rígidos son uno de los síntomas notables después de un entrenamiento extenuante.
Además de esto, nuestro cuerpo comienza a desarrollar elementos musculares adicionales como medida de precaución. Estos funcionan como centrales eléctricas. Si la cantidad de elementos musculares aumenta mediante un entrenamiento específico, el músculo se vuelve más poderoso.
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