Artritis inflamatoria de la cadera
Artritis inflamatoria de cadera – Síntomas – Diagnóstico - Tratamientos
La artritis inflamatoria de cadera está producida por una inflamación. La inflamación de las articulaciones se conoce como artritis. Ésta surge cuando se desgasta la cubierta lisa (cartílago) en las superficies finales de los huesos. En algunos casos, la inflamación se produce cuando el revestimiento de la articulación se inflama como parte de una enfermedad sistémica subyacente. Estas condiciones se conocen como artritis inflamatoria.
Los tipos más comunes de afecciones artríticas inflamatorias de la cadera incluyen:
- Artritis reumatoide: enfermedad sistémica del sistema inmunitario que comúnmente afecta múltiples articulaciones en ambos lados del cuerpo al mismo tiempo
- Espondilitis anquilosante: enfermedad inflamatoria crónica de la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas (unión donde la columna se une con el hueso pélvico)
- Lupus eritematoso sistémico (LES): una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca sus propias células y tejidos sanos
Síntomas
El síntoma típico de la artritis es el dolor en las articulaciones. La artritis inflamatoria de cadera se caracteriza principalmente por un dolor intenso en la región de la ingle, la parte externa de los muslos o las nalgas. El dolor suele ser más intenso por la mañana y a veces disminuye con la actividad durante el transcurso del día. Las actividades vigorosas pueden provocar un aumento del dolor y la rigidez y limitar su movimiento, lo que dificulta el caminar.
Diagnóstico
La artritis inflamatoria de cadera se puede diagnosticar mediante un examen físico. Tu médico te pedirá que muevas la cadera en diferentes direcciones para determinar qué movimientos son restringidos o dolorosos. Se pueden solicitar radiografías y pruebas de laboratorio para diagnosticar o descartar otras afecciones. Las radiografías pueden mostrar adelgazamiento o erosión en los huesos o pérdida del espacio articular. Los estudios de laboratorio mostrarán la presencia de un factor reumatoide u otros anticuerpos.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento varían según el diagnóstico.
- Tratamiento no quirúrgico : cualquier infección en la articulación de la cadera se trata con tratamientos no quirúrgicos que pueden brindar alivio con relativamente pocos efectos secundarios.
Los medicamentos antiinflamatorios o los corticosteroides pueden ayudar a reducir la inflamación.
Se puede recomendar fisioterapia para ayudarlo a aumentar el rango de movimiento y ejercicios de fortalecimiento para mantener el tono muscular.
Los dispositivos de asistencia, como bastones o andadores, pueden facilitar sus actividades de la vida diaria.
Tratamiento quirúrgico: la cirugía se considera el último recurso de tratamiento cuando las opciones de tratamiento no quirúrgico anteriores no logran reducir los síntomas. El tipo de cirugía a realizar depende de su edad, el estado de la articulación de la cadera y el tipo y progresión de la enfermedad inflamatoria. El objetivo de la cirugía es aliviar el dolor y mejorar el movimiento de la articulación.
Los procedimientos quirúrgicos más comunes incluyen:
- Reemplazo total de cadera: Indicado para pacientes con artritis reumatoide y espondilitis anquilosante.
- Injertos óseos: Recomendados para pacientes con LES. Estos injertos tienen como objetivo construir nuevas células sanguíneas para reemplazar las viejas células muertas.
- Descompresión central: ayuda a reducir la presión de la médula ósea y estimula el flujo sanguíneo. La descompresión central es otra opción de tratamiento para pacientes con LES.
- La sinovectomía es el procedimiento de eliminación de una parte o la totalidad del revestimiento de la articulación. Esto está indicado si la inflamación no ha afectado al cartílago pero se limita al revestimiento de la articulación o sinovial.
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